Reflexiones sobre nuestro pacto

¿Una mística válida para protestantes? Si me permite intentar describir este aspecto de la espiritualidad bíblica usando una…

LECTIO DIVINA CON EL CÁNTICO ESPIRITUAL

La Lectio Divina se puede hacer no sólo de lo que es la norma: La palabra de Dios. Podemos utilizar el pacto de la HERMANDAD o una poesía como Cántico Espiritual. ¿Por qué sirve esto? Sirve en tanto que el pacto o el cántico sean declaraciones espirituales fieles a la palabra de Dios. Este cántico de San Juan de la Cruz describe el Ludis Amoris que hace Dios con su amada desposada, la Iglesia o el creyente. De este drama o baile del amor dice wikipedia correctamente: Ludus amoris es un término de la tradición mística occidental que se refiere al juego divino (juego de Dios). El término está en latín y puede haber sido utilizado por primera vez por el místico cristiano Henry Suso (1300-1366). El término también se ha utilizado en los títulos de obras de literatura y música. La mística de Cantar de los Cantares define la experiencia de millones de cristianos a través de los siglos.

Ludus amoris es un término derivado del latín de la tradición mística occidental. Literalmente, “ludus amoris” significa “juego de amor”. Según el misticismo de Evelyn Underhill,

Los místicos tienen una vívida metáfora para describir esa alternancia entre el inicio y la ausencia de la gozosa conciencia trascendental que forma, por así decirlo, la etapa intermedia característica entre las amargas luchas de la Purgación pura y la paz y el resplandor de la Vida Iluminadora. Lo llaman Ludus Amoris, el “Juego del Amor” que Dios juega con el alma deseosa… El “Juego del Amor” es un reflejo en la conciencia de ese estado de lucha, oscilación e inquietud que precede a la primera unificación del ser. Cesa cuando esto ha ocurrido y se ha alcanzado el nuevo nivel de realidad.[1]: 227–228

Según Windeatt, “La noción del juego del amor (ludus amoris) probablemente se deriva a través de Suso de Stimulus Amoris. La versión en inglés medio del Horologium de Suso se refiere a ‘þe pleye of loue þe, que suelo usar en una sopa amorosa’. “[2]

Esto es un mero pietismo de emociones y pasiones falsas o es una experiencia del Espíritu Santo válida e importante para una vida cristiana plena y llena. Pues Pablo mismo dice que su deseo y oración es que conozcamos a Dios de tal grado que: Efesios 3:16-20 Le ruego que Él les conceda a ustedes, conforme a las riquezas de Su gloria, el ser fortalecidos con poder por Su Espíritu en el hombre interior; 17  de manera que Cristo habite por la fe en sus corazones. También ruego que arraigados y cimentados en amor, 18  ustedes sean capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, 19  y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios. 20  Y a Aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros,

CÁNTICO [ESPIRITUAL] de San Juan de la Cruz

 Esposa:

¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti, clamando, y eras ido.

Pastores, los que fuerdes
allá, por las majadas, al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.

Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.

Esta poesía en mi estimación es fiel a la experiencia del alma en Dios y lo que dice la palabra de Dios sobre esta experiencia humana. Cantar de los Cantares dice: 3:1-4  POR las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: busquélo, y no lo hallé. Son 3:2  Levantaréme ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma: busquélo, y no lo hallé. 3  Halláronme los guardas que rondan la ciudad, y díjeles: ¿Habéis visto al que ama mi alma? 4  Pasando de ellos un poco, hallé luego al que mi alma ama: trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me engendró.

Y con esto concuerda la doctrina cristiana en la teología del Deus absconditus (latín: “Dios oculto”) se refiere al concepto teológico cristiano de la incognoscibilidad fundamental de la esencia de Dios. El término se deriva del Antiguo Testamento de la Biblia cristiana, específicamente del Libro de Isaías: “Verdaderamente tú eres un Dios que se esconde, oh Dios de Israel, el Salvador” (Isaías 45:15). Este concepto fue particularmente importante para el pensamiento teológico de los teólogos cristianos medievales Tomás de Aquino,[1] Nicolás de Cusa,[2] y Martín Lutero.[3] Dios ha decretado que le buscamos y buscándolo lo hallamas si lo buscamos con todo el corazón. Esto es amarlo de TODO EL CORAZÓN. 11 Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el SEÑOR, “planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza. 12 Ustedes me invocarán y vendrán a rogarme, y Yo los escucharé. 13 Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón. 14 Me dejaré hallar de ustedes”, declara el SEÑOR, “y restauraré su bienestar y los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los expulsé”, declara el SEÑOR, “y los traeré de nuevo al lugar desde donde los envié al destierro”. (Jeremías 29:11-14)

BUSQUEMOS A DIOS POR SU PALABRA EN LA LECTIO, EN EL MEDATIO, EN EL ORATIO Y SI DIOS PERMITE ENTRAREMOS EN UNA EXPERIENCIA DE VISIÓN POR FE SENCILLA INTERIOR DE SU PRESENCIA…

Salmos 27:8- 11  Cuando dijiste: «Busquen Mi rostro», mi corazón te respondió: «Tu rostro, SEÑOR, buscaré». 9  No escondas Tu rostro de mí; No rechaces con ira a Tu siervo; Tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, Oh Dios de mi salvación. 10  Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, El SEÑOR me recogerá. 11  SEÑOR, enséñame Tu camino, Y guíame por senda llana Por causa de mis enemigos.