“Ningún hombre es más grande que su vida de oración. El pastor que no está orando está jugando; el pueblo que no está orando está divagando. Tenemos demasiados organizadores, pero pocos agonizadores; muchos jugadores y pocos pagadores, pocos orantes; muchos cantantes, pocos que perduran; muchos pastores pocos luchadores; muchos temores, pocas lagrimas; mucha moda, poca pasión; muchos metiches, pocos intercesores; muchos escritores, pocos luchadores. Fallando aquí, es decir en la oración, fallamos en todo.”
― Leonard Ravenhill (1907-1994)